Cours camarade, le vieux monde est derrière toi

la ley de la imprenta

Soy un pobre loco, en un mundo demasiado viejo,  demasiado pobre y más loco aun.
Derroché miles de balas, pocas acertaron con la diana.
He creído casi tantas veces como tu has dejado de creer.Fui perdonado por lo que no hice. ¡Desdichado de mí! ¡Tonto de ti!
En mí, sigue habitanto la esperanza, porque me quedan aun sueños por vivir.

No me embargan las semillas de  los remordimientos que otro creyeron sembrar en mí.

Tengo tanta sed, que no me importara beber  los amargos tragos que, tú quizás, me ofrecerás.

Busco palabras que lleguen a los ojos, ¿serán los tuyos?.

No necesito que nadie me enseñe a amar, no quiero llorar por nadie.

No necesito que nadie me enseñe a odiar, no quiero que nadie llore por mí.

Y si en algún momento me llamaron ciego, fue porque yo ya no quería ver.

 

    joss, Carta a los cuerdos

 
 
 
Soy un árbol, anciano, enorme y  muy alto, fuerte como un roble (dicen los que
me quieren hacer rabiar)
Mi copa es frondosa, verde como una esperanza que no muere.
Mis ramas altas se estiran hacia arriba, en un desesperado intento por alcanzar
las nubes que pasan altivas y con celeridad, por encima de mí.
Mis ramas bajas se despliegan en vano y sin mesura, como queriendo abrazar
ese cálido aire veraniego que transporta, a lo largo de una dulce noche, el relajante cantar de los
grillos.
Mis raíces son millones, ancladas en las profundidades de mi madre tierra, buscan alimento
sin cesar, se extienden a diez metros a la ronda para rastrear los pasos que alguién quiso dar.
Sobre mi corteza gruesa y centenaria- algunos dicen que milenaria- una multitud de objetos
punzantes y cortantes ha dejado las innumerables huellas que me legaron todos los amantes,
todos los esperanzados, todos los desaprensivos, todos los desesperados, todos los artistas en ciernes
todos los que tuvieron la voluntad de dejar constancia de que ellos también existieron, y que consiguieron llegar
hasta aquí.
Hoy estoy centrado, hoy me siento vivir y por ello emprendo por enésima vez la ardua tarea de lanzar un pensamiento
lento y meditado.
-"Maaaa……ñaaaaaa….naaaaaa…"
Las hojas hacen tapiz sobre el suelo en el que vivo, una única hoja anaranjada y oro queda suspendida sobre uno
de mis tallos, el sol la ilumina con esa suave y bucólica luz que solo nos regala en otoño…
-"…seeeee…ré….aaaaaaquél…
La nieve recubre con su blanco manto las hojas muertas, todo queda limpio y frío como el desnudo del acero.
-"..queeeee…suuuueeee…ñaaaaa…"
Brotan sin pudor y sin retenida, los capullos que anuncian una nueva vida, un nuevo ciclo, unos amaneceres diferentes.
-"…con…naveeegar..sobre…los…maaaares."
¿Qué son 365 días en la vida de un árbol soñador?
Por esta vez, el abrasador calor, no anunciará el verano
Solo quedan cenizas de lo que antaño fue un gigante invencible
En el centro de su enorme tronco, ahora quemado, late imperceptíblemente su corazón.
El buen samaritano pirómano se aleja del lugar con su lata de gasolina
Mientras camina va pensando en el favor que le acaba de hacer al viejo amigo que le vió crecer:
-"¡No hay sufrimiento que pueda durar más de una eternidad!"
 
 
Joss
 

 
 
 
 
 
 
 
Aquellos que escriben, nunca mueren. Pero su partida nos deja ante el vacio de su ausencia
Quienes un día tocarón con su pluma y letra nuestros más íntimos y profundos anhelos,
vivirán para siempre en nuestros andares exitenciales.
Una palabra, un sueño, un sentimiento, una sonrisa o una gran ira, que nos fueron regaladas al giro de
una página, quedan marcadas en nuestras memorias y en algunos de nuestros gestos.
Somos hojas blancas, que fueron impregnadas por la sabiduría y la humanidad de los
grandes de las letras.
Somos nada que, por mor de un libro, fuimos alguién.
Somos hijos de los que pensaron por nosotros cuando nosotros no pensábamos
Somos padres que transmitiremos- más mal que bien- el mensaje liberador de aquellos
que exploraron los sombrios lugares del hombre, para contárnoslos, alumbrados por la mágica
luz que, en una noche en la que no durmíamos, nos irridió desde su escritura.

joss, a Saramago

Una respuesta

  1. gOtaSmaR

    el arte de encadenar palabras igual que cualquier otro arte , siempr perdura y ahí está para quien sepa apreciarlo….un beso , eso sí, con arte, que interés que sepas que le pongo !!!

    27 junio, 2010 en 21:26

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